22 de abril de 2020 - 31 de julio de 2020
Esta es una muestra de obra reciente de Lucio Muniain. Veinte pinturas de distintos formatos en pintura de acrílico sobre tela, que retratan a una serie de Generales, Coroneles y altos oficiales del Ejército Mexicano con dos elementos en común: El primero, por haber sido personajes con alta responsabilidad del Gobierno orientada al combate al narcotráfico, en distintas regiones y momentos del México contemporáneo, todos ellos ángeles caídos ante la tentación, la necesidad, tal vez víctimas del paradigma de plata o plomo. El segundo, porque 17 de los 20 han sido abatidos, o encarcelados por tomar la salida fácil tal vez. Por qué no imaginar, inocentes chivos expiatorios de peces más grandes.
La paradoja de los agentes de la Ley del Estado, que aparentemente han vendido el alma al maligno, elemento presente del que nadie está exento en un país sin ley, en donde el estado fallido disimula presentando logros de control a escala en una guerra perdida. Los emblemas, los uniformes y los ornatos que pretenden distinguir a estos individuos como seres de criterio e integridad superior.
Esta no es una exposición virtual, es una inauguración presencial, realizada, dentro de los lineamientos permitidos por la leyes del estado ante un estado de emergencia sanitaria, a puerta cerrada, cumpliendo con las normas de prevención y sana distancia: con mascarillas, guantes y desinfectantes, la exposición se ha inaugurado y está abierta al público, previa cita para ser visitada, para ser experimentada.
No podíamos esperar un día más para entrar en acción, de al menos embriagarse en la ilusión de un mundo hoy perdido donde convive el ánimo de la expresión creadora del artista quien además expresa la alegría de su corazón tocando su contrabajo, su pasión, ante un reducido grupo, el galerista, una directora artística, un mesero que sirve Mezcal Amores Logia en un espacio que no pretende ni provocar ni lanzar un desafío, sino que tan solo pretende llenarnos el pecho de la esperanza de que estamos vivos y en movimiento, de que un día podremos repetir la inauguración, acompañados de nuestros coleccionistas amigos, al otro lado del telón de acero, en el momento y el lugar donde anida el umbral de la vida recuperada y del destino y el azar, este es un minúsculo gesto de esperanza y optimismo.
Dijo Séneca que no hay peor rémora que perder el día de hoy esperando la llegada de mañana. Porque cada día es más difícil discernir entre el hoy y el mañana, hemos decidido actuar HOY en la espera de poder revivir MAÑANA.