Memes de La Puta y El Gordito

Lucio Muniain

17 de marzo de 2021 - 2 de mayo de 2021

John Mirque, joven actor colombiano, interpretó a Emilio, el hijo de Pablo Escobar, en la serie “El Patrón del Mal”. Nunca se imaginó que sin proponérselo iba a convertirse en un ícono anónimo a lo largo y ancho de Latinoamérica.

El Gordito aparece al costado de Mireya, la prostituta del barrio que por instrucciones del mismísimo patrón, asume la importante misión de despojar al Gordito de su inocencia.

El meme lo ubica al lado de la meretriz recibiendo aparentemente instrucciones previas al inminente acto de iniciación. Seguramente víctima de un ataque de ocio por encierro por causa de la pandemia, un ingenioso internauta  tuvo a bien apoderarse de esa escena para construir el primero de una innumerable cantidad de memes en los que el común denominador es hacer patente la bestial inocencia del Gordito.

Varios estudiosos entre los que se encuentra el mismo John apuntan al meme:

¿Estás nervioso?

-Sí

¿Es tu primera vez?

-Nooo, ya estuve nervioso antes….

Como el primero de una infinidad de versiones, que por su argot pone en evidencia una conspiración transcultural de las Américas.

¿Qué hace que algo tan aparentemente banal e insignificante genere un estruendo creativo?  Un manantial de ocurrencias, una mejor que la otra.

Los memes de La Puta y El Gordito aparecieron como un alivio instantáneo y fugaz a suerte de distractor del desastre global más significativo desde la Segunda Guerra Mundial. El mismo enigma aparece al preguntarnos de dónde viene la relación de los memes de La Puta y El Gordito con la temática de la muestra homónima donde Lucio Muniain reproduce imágenes del histórico y amoroso encuentro entre Donald J. Trump y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador. Resulta igualmente sorprendente ir descubriendo la infinidad de conexiones inesperadas que permanecen inicialmente ocultas para después irse revelando con cadencia en la consciencia y el imaginario colectivo. Para tratar de adentrarnos en el enigma en cuestión es conveniente analizar ahora el histórico encuentro.

En esta esquina: y sin requerir previa presentación, Donald J. Trump, que al grito de “¡muera el bad hombre!”, desde el principio de su campaña como precandidato republicano explotó la caracterización del Mexicano como de depredador vicioso del pueblo Americano, además de portadores de un sin número de inmundicias que van desde el narcotráfico hasta el ultraje de sus mujeres, hombres y niños.

No hace sentido invertir un gran esfuerzo en tratar de elaborar en el carácter de Trump, conocido evasor fiscal, con una historia plagada de escándalos, fraudes, abusos, el líder que llegó al poder bajo la promesa de hacer “América grande otra vez”. Este mentiroso profesional solo tiene una cosa clara: le gusta jalar la cobija hacia la derecha.

En la otra, el eterno AMLO, luchador incansable en busca del poder, y vaya que ha luchado y vaya que lo ha conseguido, eso nadie se lo puede cuestionar, pero ¿a qué precio?, ese es tema para otra conversación, lo que nadie puede negar es que utiliza las mismas técnicas divisivas, miente sin descanso y al igual que Trump no cree en las instituciones ni las leyes ni en nada que no convenga a sus intereses. Al gordito éste le gusta jalar la cobija a la izquierda.

Seres tan antagónicos, que lo único que tienen de distinto es para dónde jalan la cobija, gozan de las mismas cualidades de agentes polarizantes, egocéntricos radicales, con compulsión para recurrir a la mentira cuando convenga, para alimentar a una inmensa base de seguidores frenéticos, quienes encuentran en sus promesas y fantasías alimento y ánimo combativo.

En ese inolvidable 10 de julio del 2020, ambos mandatarios dieron una majestuosa muestra de sus capacidades de simulación, embadurnándose de halagos mutuos, cargados de entusiasmo y jovialidad como solo se puede ver en las escenas de una película de Ficheras.

La práctica de observación es vital en el trabajo de Lucio Muniain, quien siempre ha sabido desentrañar los mas íntimos rincones de la realidad de México de forma descarnada y frontal dotado de un obscuro y brutal sentido del humor, dibujando en trazos virtuosos y tan negros como sus emblemáticas bolsas de basura, que negras, brillantes y húmedas esconden en su interior un sifón de sorpresas.

Aquí la unica duda claramente esbozada con humorosa ambigüedad por Muniain es la incógnita para el espectador de adivinar en cada dibujo y homenaje de vana admiración mutua ¿quien es la Puta y quien el Gordito?

 

 

 

 

 

 

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